Crónica. Madrid, 11 de noviembre, 2008
Nunca resulta facil transmitir lo vivido en una simple crónica. Hace dos años que no los veíamos en directo en España y su actuación se nos hizo tan corta que deseamos no tener que esperar otros tantos para volver a verles. A pesar de la sensación de brevedad, pudimos disfrutar de una hora y media de concierto en el que se nota que la banda ha ganado muchísima fuerza en el escenario, musicalmente y en puesta en escena. Lejos quedan ya aquellos tres chicos armados con un piano, una batería y un micrófono que luchaban por hacerse un hueco en el mundo de la música. Pero lo cierto es que la esencia de la banda no ha cambiado y ni siquiera Tom ha olvidado sus bailes y esos movimientos ya clásicos para determinadas canciones (Crystal Ball, This Is The Last Time…); eso sí, añadiendo el peso que le da una guitarra en determinados momentos. Y no sólo él. A sus ya habituales gestos espasmódicos sentado al piano, Tim nos descubrió su nueva faceta como bailarín, quizás contagiado por al ambiente festivo de La Riviera, imposible de ignorar para todos los presentes.
Foto Keanemusic.com
El repertorio ha crecido y eso se nota en la elección de los temas para sus conciertos. Sólo tres de sus canciones del tercer disco se quedaron fuera en esta ocasión. En total tocaron 19 canciones, algunas de ellas claves, que parecieron dividir el concierto en varias partes. Desde el primer momento, caldearon el ambiente con el primer grupo de canciones que nos hicieron vibrar, saltar y cantar. Es inevitable conocer las letras y cantarlas a coro durante todo el concierto (Everybody's Changing, Nothing In My Way, Again and Again). Tras ello llegó un momento de calma… Tom a solas con su guitarra para hacer un acústico de Bend And Break, y después "reunión" de la banda (incluido Jesse Quinn la última incorporación al grupo como bajista) en la parte central del escenario para emocionarnos con Try Again y seguir con We Might As Well Be Strangers. Un momento de curiosa intimidad entre un par de miles de personas, y uno de los pocos momentos en los que Richard adquiere algo de ese protagonismo que merece, siempre oculto tras la batería y últimamente también tras el micrófono que le permite unirse al resto del grupo en los coros, aportando profundidad a las nuevas canciones.
A continuación el público volvió a rebosar de energía con You Haven't Told Me Anything, A Bad Dream… y Perfect Symmetry, según la banda una de sus mejores canciones (y el que será su próximo single comercial). Tras esto, llegamos a uno de los momentos cumbres del concierto. Suenan los primeros acordes de la que posiblemente sea la canción más representativa de la banda: Somewhere Only We Know. Y eso se reflejó en la reacción del público que se dejó la voz en el intento. Tanto fue así que Tom no tuvo más remedio que dirigir el micrófono hacia la gente para dejarles cantar parte de la canción (aunque no hacía falta el micrófono, pues los gritos se debían oír hasta fuera del recinto!!). Así con la garganta ya bastante tocada no nos dejaron recuperarnos puesto que después llegó Crystal Ball, en la que Tom, moviéndose sin descanso, nos animó a seguir con la fiesta que amenazaron con acabar cuando la banda abandonó el escenario al terminar la canción. Momento que aprovechó el público para corear el tan manido “oe oe oe”…¿cuándo nos daremos cuenta de que estamos en un concierto y no en un partido de la Champions??.
Sea como fuere, la banda volvió a la carga regalándonos tres canciones para acabar la fiesta. Primero Black Burning Heart, esa en la que en el CD se escucha una voz en off hablando en francés que en el concierto fue sustituida, sin mucho acierto, todo hay que decirlo, por un socorrido “lalala”, Is It Any Wonder? Y…. algo que quizás no todos esperábamos: la preciosa Bedshaped como la guinda final para dejarnos en un momento de emoción colectiva que nos hiciera desear más de lo vivido.
Keane son ya muy grandes, y eso se nota en sus directos. Esperemos seguir siendo testigos de esa grandeza.
Vuestras imágenes...
Estas son algunas de las fotos de los fans que nos han ido llegando.
Del concierto de Madrid, Zaida nos envía sus fotos.
Foto Keanemusic.com
El repertorio ha crecido y eso se nota en la elección de los temas para sus conciertos. Sólo tres de sus canciones del tercer disco se quedaron fuera en esta ocasión. En total tocaron 19 canciones, algunas de ellas claves, que parecieron dividir el concierto en varias partes. Desde el primer momento, caldearon el ambiente con el primer grupo de canciones que nos hicieron vibrar, saltar y cantar. Es inevitable conocer las letras y cantarlas a coro durante todo el concierto (Everybody's Changing, Nothing In My Way, Again and Again). Tras ello llegó un momento de calma… Tom a solas con su guitarra para hacer un acústico de Bend And Break, y después "reunión" de la banda (incluido Jesse Quinn la última incorporación al grupo como bajista) en la parte central del escenario para emocionarnos con Try Again y seguir con We Might As Well Be Strangers. Un momento de curiosa intimidad entre un par de miles de personas, y uno de los pocos momentos en los que Richard adquiere algo de ese protagonismo que merece, siempre oculto tras la batería y últimamente también tras el micrófono que le permite unirse al resto del grupo en los coros, aportando profundidad a las nuevas canciones.
A continuación el público volvió a rebosar de energía con You Haven't Told Me Anything, A Bad Dream… y Perfect Symmetry, según la banda una de sus mejores canciones (y el que será su próximo single comercial). Tras esto, llegamos a uno de los momentos cumbres del concierto. Suenan los primeros acordes de la que posiblemente sea la canción más representativa de la banda: Somewhere Only We Know. Y eso se reflejó en la reacción del público que se dejó la voz en el intento. Tanto fue así que Tom no tuvo más remedio que dirigir el micrófono hacia la gente para dejarles cantar parte de la canción (aunque no hacía falta el micrófono, pues los gritos se debían oír hasta fuera del recinto!!). Así con la garganta ya bastante tocada no nos dejaron recuperarnos puesto que después llegó Crystal Ball, en la que Tom, moviéndose sin descanso, nos animó a seguir con la fiesta que amenazaron con acabar cuando la banda abandonó el escenario al terminar la canción. Momento que aprovechó el público para corear el tan manido “oe oe oe”…¿cuándo nos daremos cuenta de que estamos en un concierto y no en un partido de la Champions??.
Sea como fuere, la banda volvió a la carga regalándonos tres canciones para acabar la fiesta. Primero Black Burning Heart, esa en la que en el CD se escucha una voz en off hablando en francés que en el concierto fue sustituida, sin mucho acierto, todo hay que decirlo, por un socorrido “lalala”, Is It Any Wonder? Y…. algo que quizás no todos esperábamos: la preciosa Bedshaped como la guinda final para dejarnos en un momento de emoción colectiva que nos hiciera desear más de lo vivido.
Keane son ya muy grandes, y eso se nota en sus directos. Esperemos seguir siendo testigos de esa grandeza.
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Vuestras imágenes...
Estas son algunas de las fotos de los fans que nos han ido llegando.
Del concierto de Madrid, Zaida nos envía sus fotos.
Y del concierto de Barcelona, Karina nos envía las suyas.
Gracias a las dos por estas fantásticas fotos.
Alimenta tus esperanzas y olvida tus miedos.
